El tejido adiposo está considerado como el órgano más grande de nuestro cuerpo. Además de su función como aislante y como soporte mecánico del cuerpo, su otra gran faceta conocida es la de ser el principal almacén de energía. Los adipocitos son células constituidas, entre otros componentes, por una membrana o saco donde se acumulan estas reservas energéticas. Cuando el balance energético de nuestro cuerpo es positivo, es decir se gasta menos de lo que se ingiere, el exceso no consumido se guarda en el adipocito en forma de triglicéridos (una forma de grasas) y como consecuencia gana volumen (engorda). Cuando el balance es negativo, es decir se gasta más de lo que se ingiere, estos triglicéridos son liberados al torrente sanguíneo en forma de glicerol y ácidos grasos libres que serán usados por las células para conseguir energía; en este caso las células se vacían (adelgazan). En función del lugar de nuestro cuerpo del que se trate, existen diferencias en su composición y en su forma de comportarse. Podemos encontrar tejido adiposo debajo de la piel de todo el cuerpo (la localización más clásica conocida como tejido celular subcutáneo) pero también alrededor de nuestro corazón y de otras vísceras intraabdominales (conocida como grasa visceral).
Pero el tejido adiposo presenta numerosas funciones adicionales algunas de las cuales han sido descubiertas durante la última década. El tejido adiposo es capaz de producir y enviar al torrente sanguíneo numerosas sustancias como hormonas, factores de crecimiento y reguladores celulares, factores vasoactivos, agentes proinflamatorios y antiinflamatorios, etc. Estas sustancias y otras muchas, influencian y regulan multitud de órganos, tejidos y funciones como la gestión energética de nuestro cuerpo (descrita antes), el apetito, nuestro sistema inmune, nuestra función reproductora, nuestra capacidad de coagular la sangre, nuestra tensión arterial, etc.
Tan importante es el tejido adiposo en la regulación de diversas funciones corporales que se ha descubierto que la obesidad se asocia a la aparición anticipada de determinadas enfermedades propias de la vejez. No es raro, por tanto, que actualmente sea una de las partes de nuestro organismo que está siendo estudiada desde más puntos de vista.
En este sitio podrá encontrar solo algunos ejemplos de lo que el tejido adiposo puede hacer por Vd.